Intervención educativa contra la violencia
entre pares en educación preescolar (Bullying)
María Guadalupe Saavedra Rodríguez Editado 04 de octubre de
2015
El impulso a la elección del
tema arriba mencionado es a causa de la impotencia que siento al momento de
estar dentro de un centro escolar, abrigo la necesidad de ayudar de alguna
manera a reducir la agresividad que presentan los niños preescolares, pero lo
más importante es hacer un cambio significativo a futuro, instruir a niños
capaces de resolver situaciones problemáticas, así como formar buenos
ciudadanos que aporten productivamente a la comunidad.
La violencia entre pares es
conocida como “bullying”, palabra que deriva del vocablo inglés “bully”, que
significa como sustantivo valentón, matón; mientras que como verbo significa
maltratar o amedrentar. Por otro lado en 1963 Lorenz (1978) postuló, al igual
que Freud, que la agresividad es instintiva, que genera internamente y que se
libera ante un estímulo apropiado. Si este no aparece provocará una acumulación
de los impulsos agresivos que terminará liberándose ante un estímulo
inapropiado.
En relación con la ley de
convivencia, el objeto es establecer las bases que permitan el establecimiento
de las políticas públicas para prevenir, atender y erradicar la violencia en el
entorno escolar. Existen diferentes tipos de violencia escolar, tales como:
Violencia psicoemocional
·
Violencia física
·
Violencia verbal
·
Violencia a través de las tecnologías de la
información y comunicación
·
Exclusión
Cabe mencionar que el
contexto en el que se da primordialmente el fenómeno del bullying es en
escuelas primarias y secundarias, aunque poco a poco se empieza a detectar en
el nivel preescolar ya que ésta es la primera experiencia escolar del niño que
puede favorecer de manera importante el desarrollo de sus capacidades
personales.
Prevenir es mejor que curar,
considerando que la intervención preventiva tiene ventajas más útiles, ya que no se tratará tanto de reponer
el daño causado, sino de evitar que se provoque. Los docentes somos
responsables de la enseñanza y poco a poco comprendemos que no disponemos del
control total de los aprendizajes de los alumnos. Como sarcásticamente afirma
Claxton (1991), podemos llevar al caballo
a la fuente, pero no podemos obligarle a beber. En contraste con lo anterior sí
se busca la creación de un buen clima de convivencia, dado que es la mejor
medida para evitar la aparición de abusos y malos tratos de todo tipo y,
evidentemente, también de los que tienen lugar entre el alumnado.
Algunos de los
problemas disciplinares son, en realidad disfunciones de las relaciones
interpersonales, basadas en patrones agresivos, lo que ocurre en las escuelas
es un reflejo de lo que pasa en la vida pública y privada del niño. Así pues,
mejorar la convivencia significa afrontar un reto globalizador en todas las interrelaciones
que afectan al alumnado: familia, escuela y contexto social.
La intervención
educativa contra la violencia debe estar dirigida a las víctimas, a los
agresores y a los espectadores, porque todos están implicados y para todos
tiene consecuencias negativas, pero ésta no es una tarea fácil, requiere asumir
que se tratará de un proceso lento, reflexivo y secuenciado. Rosario Ortega
Ruiz en su libro Convivencia escolar; qué
es y cómo abordarla, aporta una serie de estrategias que me ayudarán a
mejorar mi intervención en el aula, algunos ejemplos:
.
-El trabajo en grupo
cooperativo: genera una mejora en las relaciones interpersonales basadas en la
negociación, el diálogo, el intercambio, etc.
-El aprendizaje
social implica trabajar de forma conjunta los sentimientos, las emociones y las
actitudes sociales. Sólo mediante la articulación de estas manifestaciones psicológicas
se estará incidiendo en el buen desarrollo social y moral.
El tema es tan complejo que no
puede ser atendido por una sola autoridad, sino por el esfuerzo y compromiso de
todos los involucrados, de los más cercanos, hasta los más alejados del suceso.
FUENTES
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